50 aniversario de Doctor Who, la cuenta atrás: 1963 -1966



El primer episodio de la serie de ciencia ficción más longeva de la televisión no tuvo casi repercusión alguna, y eso que Doctor Who tiene el honor de ser la primera serie de la televisión británica en tener que grabar su primer episodio a partir de un piloto anterior, practica de la que, allá por los sesenta, la BBC no hacía uso en sus producciones. De todas formas, el hecho de tener que regrabar el primer episodio no fue el motivo por el cual la serie no empezó con todo el buen pie que sus creadores, Sydney Newman, C. E. Webber y Donald Wilson, pudieran imaginar.

Y es que An Unearthly Child fue emitido el 23 de Noviembre de 1963, un día después de que John F. Kennedy fuera tiroteado en Texas. Fue por ello que toda la repercusión del asesinato del presidente de los EE.UU. y la cobertura de aquellos hechos no ayudaron al lanzamiento de la serie, como tampoco ayudó una sucesiones de apagones eléctricos a lo largo de todo el país aquella tarde de sábado. Doctor Who nació gafada y no sería hasta el estreno de su segundo serial cuando la serie comenzara a ganarse la atención del público gracias a la imaginación de Terry Nation, creador de los Daleks, criaturas que maravillaron y aterrorizaron a la audiencia a partes iguales.

Pero la de los Daleks son otra historia que tendrá que ser contada un poco más adelante.

Verity Lambert, primera productora ejecutiva de la serie desde su concepción hasta la tercera temporada, le ofreció el rol del extraterrestre que podía viajar en el tiempo y el espacio al actor William Hartnell, que por entonces contaba con cincuenta y cinco años y que sigue siendo el actor más veterano en encarnar al personaje (y todo parece indicar que mantendrá ese honor por mucho tiempo). Hartnell, actor conocido por entonces sobre todo por su papel de 'Dad' Johnson en la versión cinematográfica de un famoso programa de radio australiano, This Sporting Life, dudó mucho en aceptar el papel que le daría la gloria eterna, sobre todo por el tono infantil-juvenil que presentaba la serie.

Y fue ese tono el que siguió configurando algunas de las decisiones capitales del argumento inical. Se buscaba una serie que fuera didáctica y familiar. Bajo estas necesidades se decidió que la joven compañera de aventuras de el Doctor fuera su nieta, Susan Foreman (Carole Ann Ford), y se introducirían una serie de personajes recurrentes que acompañaran a estos durante sus aventuras para ofrecer un punto de vista más cercano y esclarecedor para el espectador. Es la concepción del termino "companion" y no es casualidad que los primeros no señores del tiempo que alguna vez pisaron la TARDIS fueran dos maestros de escuela, Barbara Wright (Jacqueline Hill) e Ian Chesterton (William Russell), que viajarían junto al Doctor durante las dos primeras temporadas.

Primer mantra del whovian: TARDIS: Time And Relative Dimensions In the Space.

Solo falta un elemento en el a,b,c de Doctor Who. La TARDIS, que como estoy seguro que saben, es esa nave espacial con forma de cabina policial de teléfono que es más grande por dentro que por fuera, viaja por el tiempo y el espacio y nunca funciona como debe. ¿Pero por qué una cabina de teléfono? Pues por la misma razón por la que se suelen tomar la mayoría de las decisiones, porque así no se salían del presupuesto. El diseño en sí fue inspiración del guionista Anthony Coburn, ideólogo también del personaje de Susan Foreman, cuando camino de su oficina se cruzó con una de las famosas cabinas que, por entonces, todavía se podían ver por toda Londres. ¿Y cómo podemos seguir ajustando el presupuesto? Pues haciendo que el sistema de camuflaje de la nave esté dañado y no pueda cambiar de su forma actual. Y así es como de una necesidad nace uno de los símbolos recurrentes de Doctor Who, y con él, además, el anacronismo que con el paso de los años, y la desaparición paulatina de estas cabinas de las calles, se ha ido agravando y constituyéndose como uno de los chistes recurrentes de la serie.


Entre otras muchas cosas, Doctor Who fue una de las series pioneras en el uso de la música electrónica. El ahora tan famoso tema de apertura de la serie fue compuesto por Ron Grainer, entre otros responsable de la música de los créditos de El Prisionero, y mezclado por Delia Derbyshire, miembro de la BBC's Radiophonic Workshop y responsable de los arreglos electrónicos. Y aunque el propio Grainer siempre tuvo la intención de compartir con ella la autoría del tema - en más de una vez comentó a Derbyshire si de verdad él había escrito eso -, el departamento jurídico de la BBC quería que los nombres de los trabajadores de la Workshop permanecieran anónimos así que se encargó de que Grainer apareciera en todos los créditos como único autor de la sintonía que, exceptuando un par de arreglos, permanecería en los créditos de la serie hasta la decimoséptima temporada de la misma.

Pero volvamos al Doctor y a William Hartnell. En sus inicios la figura del Doctor no era todo lo amable que, ahora, se le presupone al personaje. Durante los primeros seriales se nos presentaba a un Doctor rudo, arisco con sus acompañantes y sobreprotector con su nieta. Lógicamente esa personalidad no calaba dentro de la audiencia familiar a la que la serie estaba dirigida, por lo que el carácter del personaje se fue dulcificando poco a poco hasta mutar en la figura reconocible que actualmente se tiene de él. Además el personaje presentaba una dicotomía que a la larga resultaría, ante poco, curiosa. El de William Hartnell es el Doctor más joven hasta la fecha pero el presentado con un físico más envejecido. Inseparable de su bastón, el Primer Doctor es frágil a primera vista, olvidadizo y dependiente de su desarrollado intelecto.

Si el personaje del Doctor es clave en la construcción del éxito y mito de Doctor Who, no lo son menos las figuras de los más antiguos y famosos de entre sus archienemigos, los Daleks. Desde su primera aparición en el segundo serial de la serie, The Daleks, esta raza de mutantes alienígenas manipulados genéticamente se convirtieron en un éxito entre el público de la serie, siendo su explotación comercial el primer éxito mayúsculo de marketing de la BBC. Y es que de nuevo, y como se cansarán de leer durante todo lo que dé de sí estos artículos, el adjetivo pionero está más que bien utilizado a la hora de referirse a la serie.

Los Daleks fueron creados por el guionista Terry Nation (responsable de otros dos clásicos de la ciencia ficción made in BBC como Survivors y Blake's 7), pero diseñados por Raymond Cusick (que aceptó el proyecto después de que Ridley Scott, diseñador por entonces de la BBC, abandonara la tarea por la incapacidad de presentar un boceto convincente). En un principio, ya que su origen sería revisado por el propio Nation varias veces durante los siguientes años de la serie, los Daleks se presentan como descendientes de los Dals, de los cuales mutaron debido a la guerra nuclear de estos contra los Thal. Y en un caso similar como el acontencido con la autoría del tema principal de la serie la BBC no se le reconoció a Cusick derechos de autor ninguno sobre los Daleks, acaparando Nation los títulos de créditos y royalties. No sería hasta muchos años más tarde cuando la cadena le concedería a Cusick, del que es justo decir que nunca tuvo queja económica ninguna sobre la situación y solo reclamaba ser reconocido como diseñador, una paga especial  por su trabajo.


Y es que tal fue el éxito de los Daleks que a mediados de la década de los sesenta se produjeron dos películas fuera del canon de la serie con ellos de principal reclamo y con Peter Cushing en el papel del DoctorDr. Who and the Daleks (1965) y Daleks – Invasion Earth: 2150 A.D (1966). La mayor singularidad de estos dos largometrajes, y la razón por la que antes comentaba que se encuentran fuera del canon de la serie, es que el personaje del Doctor (que en esta ocasión sí es un doctor autentico y que se apellida Who) no es un extraterrestre si no un ser humano que ha sido capaz de construir una máquina del tiempo que es -venga, de carrerilla - másgrandeenelinteriorqueenelexterior.

La serie comenzaba a tener grandes audiencias, medias de doce millones de espectadores, los Daleks son ya un icono a la altura del propio Doctor y sus apariciones se multiplican. Entonces, ¿por qué se decide cambiar al actor principal de una serie de éxito?

Hay que tener en cuenta varios aspectos. Hay al menos tres frentes abiertos que acaban degenerando en la destitución de William Hartnell como actor responsable de dar vida al Doctor. Al termino de la segunda temporada de la serie Verity Lambert abandona el cargo de productora de la serie a favor de John Wiles, y Donald Tosh toma el cargo de guionista principal (Head of Serials). Ambos nunca consiguieron tener una buena relación profesional con Hartnell debido a la cada vez menor capacidad del actor para recordar sus frases (más tarde se descubriría que sería a causa de la enfermedad que le acabaría matando, una arteriosclerosis), pero sobre todo por el antisemitismo del actor, que le trajo también varios problemas con su compañera de reparto Carole Ann Ford.

Y si no hubiera sido por el sustituto de ToshGerald Savory, el cambio de actor se hubiera producido mucho antes de lo que se produjo y de forma muy distinta a como se hizo, habiendo así cambiado la historia de la serie por completo. El plan de Wiles consistía en hacer desaparecer al Doctor en el serial The Celestial Toymaker y que ha su vuelta fuera interpretado por otro actor. Afortunadamente Savory se negó rotundamente a ello así como a varios cambios que el productor quería introducir, como un lenguaje más vulgar y no tan académico, algo muy mal visto por la BBC en aquella época. Fuera como fuese, la salud de Hartnell no daba para más, y el remplazo de Wiles y Savory por Innes Lloyd y Shaun Sutton respectivamente favoreció el cambio de ciclo.

Así fue como en los últimos segundos del último episodio de The Tenth PlanetWilliam  Hartnell decía adiós a la serie y el Doctor se regeneró por primera vez. En The Tenth Planet se introdujo a los Cyberman, una raza de cyborgs humanoides provenientes del planeta gemelo de la Tierra, Mondas, que millones de años atrás se había separado de la órbita del Sol. Creados por  el Doctor Kit Pedler, consejero científico de la serie, y el guionista Gerry Davis, los Cyberman se convirtieron en los segundos villanos más recurrentes de Doctor Who, ganando mucho protagonismo en la etapa de Patrick Troughton.

Pero antes de entrar de lleno en la segunda etapa de Doctor Who, en Patrick Troughton y en los Cyberman es momento de hablar sobre los episodios perdidos de la serie. En total existen 27 seriales de los dos primeros Doctores repartidos en 108 episodios que fueron destruidos de la base de datos de la BBC para ahorrar espacio y dinero. Pero un total de 39 episodios de esos 108 pudieron en parte ser reconstruidos gracias a diferentes contribuciones. Entre grabaciones caseras, audios, imágenes de rodajes y emisiones tardías en otros países se comenzó un trabajo de reconstrucción por parte de los fans de la serie y el apoyo de la BBC con el fin de recuperar el legado. Lamentablemente la época más perjudicada por este suceso fue la del Doctor de Troughton de la que se perdió originalmente 15 seriales y 65 episodios, incluidos los correspondientes al serial The Power of the Daleks, la primera aventura del Segundo Doctor.

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